Cada jabón nuevo puede surgir de la iniciativa propia de la empresa o de la iniciativa de clientes. El equipo analiza composiciones y mezcla fragancias, aditivos y cremas para lograr productos novedosos y con los mayores estándares de calidad. El equipo que realiza todo el proceso está formado por tres analistas, un jefe de calidad y una asesora.
Pero empezar es complicado: para que un producto sea aprobado para ser utilizado en un jabón, tiene que pasar por un riguroso proceso. Lo primero que llega es el sebo y la soda cáustica; a ambos se les hace control de calidad y de color y, según eso, se le dará un destino en el proceso productivo.
El laboratorio, como tal, ocupa un rol imprescindible para la elaboración del jabón. El equipo realiza un control riguroso en todo el proceso: desde que la materia prima entra, hasta que sale el producto terminado. Se controlan la calidad del sebo, la acidez o la alcalinidad de la soda cáustica, la reacción química que producen ciertas fragancias… Todo se vigila para lograr un producto seguro para el usuario.
Y para que el jabón que llega a las casas sea siempre el mejor, se realiza una rigurosa gestión de calidad. En el último tiempo, la empresa ha realizado decenas de cambios en los procesos y en todas las etapas de la producción para garantizar la mayor seguridad; esto mejora la forma de trabajo de los colaboradores y una rigurosidad en la calidad de los componentes y del producto terminado.